domingo, 28 de diciembre de 2014

~Capítulo 12 || Louis y tú || 72 días junto a él



*Narra _____

—¿Qué quieres? — pregunté intentando mantener firme mi voz.

—Quiero que hablemos. Explicarte lo que pasó en realidad — dijo.

—Espera un segundo — dije. Tapé el micrófono del teléfono y me dirigí hacia los chicos y Jess —: Chicos, tengo que hablar por teléfono. No creo que tarde mucho, pero en caso de que lo haga, no me esperéis para comer ni nada por el estilo. Luego nos vemos.

—¿Estás bien? — me preguntó Jess, aún en el agua.

—Sí, no te preocupes — respondí. Sonreí para tranquilizarla.

Salí de la zona de la piscina, aún con Jake al teléfono, esperando, y me dirigí a la cabaña. Rápidamente, me puse sobre el bikini -que seguía mojado- la ropa que tenía antes de ir a la piscina.

Volví a coger el móvil, me senté en la cama y le hablé a Jake:

—¿Qué quieres?

—¿Quién era el que contestó al teléfono? — preguntó.

—Estás muy equivocado si piensas que voy a responderte a eso. No es de tu incumbencia, ¿de acuerdo?

Hubo un silencio de unos segundos, hasta que él volvió a hablar.

—Mira _____, se que fui un estúpido pero... — le interrumpí.

—Wow. No me digas. Ni si quiera me había dado cuenta — rodé los ojos como si pudiese verme, aunque sabía que no lo hacía.

—Déjame terminar, por favor. Es difícil para mí también — suspiré y esperé a que continuara — Yo nunca quise hacerte daño, ¿vale? Puede que no le encuentres sentido a todo esto ahora mismo... pero yo te quiero... claro que te quiero. Eres increíble, y nada de lo que te dije el otro día es verdad. Siempre te quise, _____. Eres lo mejor que me pasó en mi vida... Y sé que la he cagado, que ahora mismo me odias, que estás haciendo un esfuerzo para hablar conmigo y que no quieres saber nada de mí... Pero necesito que confíes en mí de nuevo y me des una segunda oportunidad.

—¿Por... qué lo hiciste? — pregunté con voz temblorosa y lágrimas a punto de caer de mis ojos — ¿Por qué me dijiste todo eso?

—Porque estaba enfadado... Mira, me habías dicho que te ibas todo el verano con unos amigos y yo... Yo te necesito aquí conmigo. Estaba enfadado y la pagué contigo.

—Me dijiste que había sido una apuesta... ¿¡ACASO SABES EL DAÑO QUE ME HIZO ESO!? Claro que no lo sabes. No estabas aquí para saberlo.

—Lo siento muchísimo princesa... No era mi intención hacerte daño... Lo de la apuesta no era verdad. Nunca haría algo así. Tú me conoces: sabes que no soy así.

—¿Qué hay de tu ex?

—¿Samantha? No me interesa. Solo me interesas tú. Es todo lo que podría pedir en una chica: eres preciosa, lista, divertida, cariñosa... En cambio, Samantha es todo lo contrario.

—Me... llamaste puta.

—Cariño... Sólo quería que te alejases de mí para no hacerte daño. Tú estando en el campamento y yo aquí, nos haría daño a los dos. No quería que intentaras detenerme... Así que te llamé puta, te dije lo de la apuesta y lo de Sam intentando no hacerte daño... Aunque creo que no funcionó demasiado bien.

Sequé como por décima vez las lágrimas que estaban bañando mi rostro en ese momento. Esto no podía ser bueno. Jake no puede estar diciendo la verdad. Aunque por otro lado, si realmente quería alejarme de él, lo había hecho muy bien.

—Necesito que entiendas que te necesito a mi lado. Desde que te fuiste no he hecho más que meterme en peleas y discutir con mis padres, mi hermano, mis amigos... Te necesito conmigo _____.

—Jake... Yo... ahora... no puedo... No puedo perdonarte tan fácilmente, y necesito que entiendas eso...

Seguimos hablando unos minutos. Él me decía cosas preciosas y yo lloraba y le decía que no podía perdonarle. Al menos de momento.

Cuando colgamos, me tumbé en la cama. Estiré mi cuerpo y suspiré.

¿Qué se supone que debo hacer? Jake ha sido alguien muy importante en mi vida, y aún le quiero porque soy estúpida. Tan estúpida, que estoy a punto de creerme todas las palabras que acaba de decirme. Sonaba convencido...

Sequé mis lágrimas y me dirigí al baño. Me lavé la cara y peiné mi pelo. Puse una sonrisa en mi cara -bastante falsa, la verdad- y salí de la cabaña tras ponerme ropa seca para reunirme de nuevo con los chicos y Jess.

Fui hasta la piscina, ya que supuse que aún seguían allí; pues no había pasado mucho tiempo.

En seguida, Jess se levantó de la hamaca donde se encontraba y vino corriendo hasta mí.

—¿Qué ha pasado? ¿Qué quería? ¿Estás bien? ¿Qué te ha dicho? — preguntó Jess. Me acosó a preguntas como buena mejor amiga.

Nos sentamos en un par de hamacas alejadas de los chicos y le hice un resumen de lo que me había dicho Jake. Se me saltaron un par de lágrimas, pero las sequé y seguí hablando.

—Y tú, con lo lista que eres, no te lo has creído, ¿verdad? — me preguntó ella cuando acabé de hablar.

La miré sin decir nada y agaché la mirada.

—¡No me lo puedo creer! ¡_____ Julliet Jones! —me gritó — Por favor, dime que no le has creído.

—¡No lo entiendes, Jess! Me hizo daño, sí; pero es que yo aún le quiero, ¿sabes?

Ella suspiró y me miró preocupada.

—Mira _____, no te quiero decir lo que debes hacer porque no tengo derecho... pero sólo quiero que no te haga daño. Intento protegerte... pero si tú le quieres creer: adelante — sonrió no muy convencida. La abracé.

—Gracias Jess. Eres la mejor — sonreí mientras me devolvía el abrazo.

Volvimos con los chicos, que estaban jugando a las cartas en las hamacas. Me senté al lado de Louis, ya que Jess se había sentado junto a Liam y era el único sitio libre.

—¿Podemos apuntarnos? — pregunté, refiriéndome a las cartas.

—Claro — respondió Niall con una sonrisa. Le devolví la sonrisa y Zayn repartió las cartas entre todos.

—¿Estás bien? — preguntó Louis hablando muy bajo, procurando que sólo yo oyera lo que decía.

—Sí, gracias — le dediqué una pequeña sonrisa, la cual él me devolvió de inmediato.

—¿Alguien tiene un tres? — preguntó Harry.

***

Y entre piscinas, partidos de baloncesto, partidas a las cartas, risas, estupideces e historias de miedo a altas horas de la madrugada, habían pasado dos semanas.

Ya tenía muchísima más confianza con los chicos. Habíamos hablado de nuestra infancia, de nuestra adolescencia, de lo que queríamos llegar a ser algún día... Nos tratábamos como si nos conociéramos de toda la vida, y tan sólo había pasado junto a ellos un par de semanas.

Ya había terminado mi castigo de dormir dos semanas con Louis, así que ahora le tocaba hacer mi cama durante una semana entera, lo cual me alegraba bastante, pues odio con todo mi ser hacer la cama.

Respecto a mi relación con el castaño de ojos azules, seguíamos como siempre. Él seguía gastándome bromas, yo seguía cabreándome con él y él seguía viniendo a pedirme perdón tras una reprimenda por parte de los chicos y Jess; sobre todo de esta última.

Había hablado con mi madre justo al día siguiente de nuestra discusión. Yo le había pedido disculpas por gritarle, y ella a mí por darle mi número a mi padre sin consultármelo antes, del cual, por cierto, no había vuelto a recibir ninguna llamada o mensaje. Desde entonces, hablaba con mi madre todos los días, contándole cómo nos iba en el campamento.



No había vuelto a saber nada de Jake. Parecía que lo estaba superando todo, cuando pasó lo que ninguno de nosotros esperaba.

____________________________________________

¡Hola! Os damos permiso para matarnos. Bueno, no. Mejor no. Pero nos podéis odiar un poquito. SOLO UN POQUITO.

¿Qué es de vuestras vidas? ¿Algún hijo o algo? 

¡Feliz Navidad! ¿Qué tal esas vacaciones?

A ver, a ver, a ver. En serio lo sentimos muchísimo, pero con las clases no tenemos casi tiempo libre, y hemos esperado a las vacaciones de Navidad para poder subir un capítulo de más de dos palabras. Espero que nos perdonéis :(

Ojalá después de estoy mil años sin publicar, no nos hayáis abandonado. Comentaaaaaaaaaaaaaad :D

We love you so much.

Mención especial a las chicas del grupo de Whatsapp Marluders. Info para entrar en el grupo Aquí

Besooooos sobrosos.

Pd: nuestro pequeño bebé Louis tiene 23 :( #LloroSangre

Morid: