sábado, 3 de mayo de 2014

~Capítulo 6 || Louis y tú ♡ || 72 días junto a él



*Narra Louis

¿Qué tengo que hacer ahora? ¿La sigo o me quedo aquí? Necesita estar sola. ¿Y si comete alguna locura? Está cabreada y no piensa antes de actuar. No eres el indicado para estar a su lado. ¿Eres mi conciencia? La misma. No puedo dejarla sola. Necesita ayuda. ¿No la odiabas? No me cae bien. Eso es lo que quieres creer. ¿A qué te refieres? Ya lo descubrirás. Ahora ve con ella.

Me puse una camiseta y unos tenis rápidamente y salí de la cabaña tras la extraña conversación con mi conciencia.

La pregunta es: ¿dónde está? En la piscina están los chicos y Jess. En las cabañas no. Comedor y recepción tampoco. Así que, sólo queda el bosque. Mierda, eso es gigante.

Corrí hacia la entrada del bosque y suspiré antes de entrar.

*Narra _____

Tras unos minutos, encontré un gran lago. Me senté en la orilla y me puse a pensar. En Jake y en mi padre. Y por raro que parezca, Louis también pasó por mi cabeza. ¿Por qué? Pues porque me intentó ayudar. Pero es imbécil. Si hubiese sido otro de los chicos o Jess, quizás le hubiese contado lo que me pasa. Pero a él no. Tarde o temprano lo usaría en mi contra para hacerme daño, que es lo que lleva haciendo desde que nos conocimos.

Al otro extremo de la orilla, pude divisar una botella de cristal. Sin si quiera pensarlo, me levanté y fui a por ella. La cogí y volví a sentarme en mi sitio inicial. Le di un fuerte golpe contra el suelo, haciendo que se rompiera en una decena de pedacitos. Cogí uno de ellos. El más grande. Lo puse sobre mi muñeca, pero sin ni si quiera rozarla. Comencé a darle mil vueltas al cristal. ¿Era eso lo que quería realmente? ¿No volver a respirar nunca más? ¿Ver el sufrimiento de mi madre y de Jess? Aunque, por otro lado, acabaría con todo mi sufrimiento. No sabes lo que es el sufrimiento. No aún. ¿Conciencia? Sí. Genial, ahora hablo con mi conciencia. Estoy aquí para ayudarte a hacer lo correcto. Según tú, ¿qué es lo correcto? Soltar ese cristal e ir con tus amigos a pasarlo bien. Disfrutar del verano. De tu juventud. De tu vida. Mi vida lleva de mentiras. No quieres hacer esto. Si quisieras, ya lo hubieses hecho.

Tiene razón. No quiero hacer esto. No quiero. Lo único que quiero es borrar la última hora de mi vida. No leer el mensaje de Jake. No contestar la llamada de mi padre. Volver a la piscina con mis amigos, aunque implique volver a ver a Louis.

—¡JODER! — grité desesperada. Solté el cristal y me tumbé en la fría tierra, dejando fluir tanto mis pensamientos como mis lágrimas.

*Narra Louis
—¡JODER! — gritaron a escasos metros míos. ¿Esa era _____? Sí, lo era. Corrí hacia el lugar proveniente del grito. Allí vi a la chica tumbada en la tierra.
—¡____! Por fin te encuentro. Estaba preocupado.
—Louis... —dijo ella al borde de lágrimas. Me acerqué a ella y le ayudé a levantarse del suelo. —Estoy harta... —continuó sollozando.
—No te preocupes. No dejaré que te hagan daño —le prometí acercándome más a ella, hasta poco a poco abrazarla. Pensé que me apartaría, pero en cuanto estuvimos unos segundos abrazados, ella me agarró más fuerte y empezó a llorar en mi hombro. Yo no sabía qué hacer. ¿Qué se suele hacer en estos casos? Nunca fui de esos que tienen mejor amiga y le consuelan en todo. Siempre fui de chica en chica, de flor en flor. Mentira. Ignoré a mi conciencia, que últimamente se mete mucho en mi vida, e hice lo que primero se me pasó por la cabeza: acariciarle la cabeza y susurrarle cosas consoladoras.
—Tranquila. Todo estará bien. Volvamos a la cabaña — dije. Ella asintió aún en mi pecho y comenzamos a caminar hasta la salida del bosque.

Estuvimos como quince minutos dando vueltas, ya que no encontrábamos la salida.

—Louis... creo que nos hemos perdido — dijo _____ secando sus lágrimas.

—¿Qué te hace pensar eso?

—Estamos en el lago donde me encontraste — dijo obvia. Mierda, es verdad.

Nos sentamos otra vez donde estaba ella antes y miramos el agua cristalina. Giré mi cabeza y observé trozos de cristal, recordando que ella tenía uno en la mano cuando la vi.

—¿Querías... suicidarte? — pregunte temiendo la respuesta y con la vista en el lago de nuevo.

—Sí — suspiró.

—¿Por qué?

No le dio tiempo a responder, ya que las lágrimas inundaron de nuevo sus ojos y comenzó a llorar. La atraje hacia mí e intenté consolarla de nuevo.

—Shh. No tienes por qué contármelo si no quieres. Creo que no soy el más indicado para que te desahogues.

—Da igual — sollozó — Jake no me quería y... — dijo muchas más cosas, pero sus palabras se mezclaron con el llanto y no pude entender nada más.

¿Quién es Jake? ¿Qué mierda le hizo para que esté así?

Acaricié su pelo suavemente tratando de calmarla. Minutos después volvió a calmarse.

—Jake es mi ex novio. Acaba de dejarme por un mensaje de texto. ¡UN MENSAJE DE TEXTO! ¿TE LO PUEDES CREER? — gritó.

—Pues él se lo pierde.

—¿Perderse el qué? ¿Quién querría estar conmigo? Mírame Louis, soy horrible.

Yo querría estar contigo. Pensé. Espera, ¿qué? No quise decir eso...

—¿Cómo que eres horrible? Puede que me caigas mal y que nos llevemos fatal, pero hay que reconocer que fea, lo que se dice fea, pues no eres — confesé.

—Me dijo que nunca me quiso. Hizo una apuesta en el instituto, a ver cuánto tardaba en hacerse con mi virginidad — me explicó. De nuevo las lágrimas se hicieron presentes.

—Shh. Tranquila. Todo está bien.

—¡JUGÓ CONMIGO LOUIS! ¡YO LE QUERÍA! MIERDA, AÚN LE QUIERO — sollozó. Apoyó su cabeza en mi hombro y volvió a llorar desesperadamente.

—Bueno, ese gilipollas no te merecía, ¿de acuerdo? Seguro que encontrarás a alguien que te quiera de verdad. Alguien con quien merezca pasar el resto de tu vida.

Yo, por ejemplo. ¿Por qué estoy pensando estas cosas?

—Hablé con mi padre — soltó de repente — Llamó a mi madre diciéndole que quería hablar conmigo y ella, que es muy tonta la pobre, pues le dio mi número y me llamó. Sólo le dije que le odiaba y que no me llamara más — suspiró — No se dignó a aparecer en mis diecisiete, casi dieciocho años de vida, ¿y viene ahora? ¿A qué? ¿A hacerme más daño del que me hizo? Pasé noches enteras llorando porque no le conocía. A los catorce me empecé a dar cuenta de que no valía la pena. Y cuando lo tenía prácticamente superado, viene y me hace esto y...

Vale, esto es demasiado raro. Se supone que nos odiamos y ella me está contando sus problemas como si me conociera de toda la vida.

Tú no la odias. ¿Otra vez, conciencia? Últimamente estás muy pesada. Te estás enamorando, pequeño Tomlinson. Yo no me enamoro. Nunca. Son ellas las que se enamoran. Siempre hay una primera vez. No para mí. Para todos. ¿Por qué no me dejas en paz? Intentas evadir el tema. Déjame. No estoy enamorado. Pronto lo estarás.
—¿Soy la única que está pensando que estar llorando abrazada al tipo que odias y contarle tu vida, es muy raro? — preguntó secando sus lágrimas. Solté una carcajada antes de responder:

—No, tranquila, no eres la única.

—Quiero que quede claro, que aunque sepas la mitad de mi vida, me sigues cayendo mal.

—Lo tendré en cuenta — sonreí — Y no te preocupes por tu padre, ni por el imbécil ese que te ha roto el corazón. No te harán nada.

—Gracias Louis — sonrió — Pero me sigues cayendo mal. ¿Quitarme la parte de arriba del bikini? ¡Eres imbécil! No te eché la culpa antes porque estaba muy enfadada, ¡pero eres retrasado mental!

Sonreí. Así es como quería verla en la piscina, porque me encanta verla enfadar; sobre todo si es por mi culpa.

—¡Y encima sonríe! ¡Eres un caso perdido Tomlinson! Ojalá haya osos en este bosque y te coma uno. O que te caiga un árbol en la cabeza y te aplaste. ¡Arg! ¡Eres insoportable! — gritó mientras yo no dejaba de sonreír.

Me levanté del suelo y ella se levantó también mientras seguía gritándome lo tonto e imbécil que era y yo no borraba la sonrisa de mi cara. Entonces se me ocurrió la segunda mejor idea del mundo. Y no digo la primera porque esa fue la de quitarle el bikini.

Caminé hasta la orilla del lago y ella se puso a mi lado.

—¿Crees que será muy profundo? — pregunté mirando al lago.

—¿Y yo qué sé? —contestó — ¿Por?

—Por saber — dije. Hubo un silencio unos segundos hasta que volví a hablar — ¿Por qué no lo compruebas? — pregunté empujándola haciendo que cayera al agua, produciendo así mi risa y su enfado.

—¡LOUIS TOMLINSON! — gritó sacando su cabeza del agua y chapoteando — ¡Te odio! ¡Te voy a dar tal ostia que gracias a ti los alienígenas van a saber que hay más razas en el Universo! ¡Vete a la policía y reclama tu cerebro, que te lo han robado!

—Ey, eso ha sido gracioso — admití. Volví a reír al ver que no podía salir del lago.

—Sí, muy gracioso — rodó los ojos — ¿Puedes sacarme de aquí? Si no te molesta, digo.

—Voy, voy — volví a reír.

Me acerqué un poco más a la orilla y le extendí mis manos para que las agarrara y poder sacarla de ahí. Espera. No irá a hacerme el viejo truco de tirar de mí y hacer que caiga al agua, ¿no? Pensé. Pero ya era demasiado tarde. Ya estaba en el agua junto a ella mientras sus risa inundaba mis oídos.

Cuando saqué mi cabeza del agua, oí a _____ reírse de mí, y con razón, pues mi caída había sido patética.

Comencé a salpicarla y ella me los devolvía. Le hice muchas ahogadillas y ninguno de los dos dejaba de reír.

Perdí la noción del tiempo. No sé cuánto tiempo pasamos ahí, pero lo pasé realmente bien.

—Lo hemos pasado bien, ¿no? — pregunté ya fuera del agua.

—Sí, ha sido divertido — sonrió mientras escurría su pelo — Pero me sigues cayendo mal. Y sigues siendo imbécil, idiota y un intento fallido de aborto de mono.

—¿Todavía?

—¿Ya olvidaste todo lo que hiciste?

—¿Te refieres a mis geniales ideas? Nunca podría olvidarlas — respondí. Rodó los ojos.

—Salgamos de aquí — dijo.

Comenzamos a caminar buscando la salida de aquel bosque.

—¿Te cuento un chiste? — pregunté pasado un rato. Ella asintió — De acuerdo. Ahí va: ¿Qué pasa cuando un tartamudo intenta decir "hippie"?

—No lo sé. ¿Qué pasa? — sonrió mirándome.

—Que todos los demás responden "¡Hurra!" — respondí. Ella comenzó a reír sin que dejásemos de caminar.

—Dios Louis, qué malo — siguió riendo.

—Pues bien que te ríes — dije soltando una risita.

—Me río por no llorar.

—Ya. La típica excusa.

—¿Te cuento yo uno?

—Claro, adelante.

—¿Qué le dice el número tres al treinta? — preguntó.

—No lo sé. Supongo que una idiotez.

—"Para ser como yo tienes que ser sincero" — respondió.

Me paré en seco, haciendo que ella también lo hiciera, extrañada. El chiste era realmente malo. Pero sin poder evitarlo comencé a reír.

—Dios, ese es peor que el mío — dije entre risas.

—Pues bien que te ríes.

—Me río por no llorar.

—La típica excusa — sonrió — ¿Esto no ha pasado antes al revés? — preguntó extrañada. Yo sonreí y asentí.

—¿Te sigo cayendo mal? — pregunté cuando seguimos caminando.

—Hombre, no eres mi mejor amigo.

—Hasta ahí llego.

—¿Seguro? ¿No prefieres que te lo explique?

—¿Estás muy graciosilla, no?

—Has sido tú el que me ha tirado al lago. Por cierto, muchas gracias. Ahora estoy mojada por tu culpa.

—¿Soy el único que ha pensado mal con tu última frase? — pregunté.

—¿Qué? — dijo desconcertada — Oh Dios, Louis. Eres un completo cerdo — dijo dándome un pequeño empujón para luego comenzar a reír.

—¿Qué es un punto con una capa? — pregunto ignorando su comentario.

—Sorpréndeme.

—Un PowerPoint.

—Dios Louis — ríe — No sé cuál de los tres que hemos contado es peor.

—El tuyo — digo sin ni si quiera pensarlo. Ella me da un leve golpe en el brazo.

Seguimos caminando sin hablar, hasta que por fin encontramos la salida.

—¡LA ENCONTRAMOS! — gritó _____ y me abrazó. Vale, eso era nuevo — Ugh, qué asco. Te he abrazado — puso cara de asco.

—¡Ey! Eso me ha dolido — hice puchero — Ni que tuviera La Peste.

—No descartemos esa opción. Por si acaso — me guiñó un ojo y comenzó a caminar hasta la cabaña.

Sonreí y comencé a caminar detrás de ella.

Estoy seguro de que sería un gran verano.

*Narra _____

Llegué a la cabaña y cogí ropa seca. Entré al baño, me quité la que tenía, me sequé y me puse la que había escogido anteriormente: http://www.polyvore.com/cgi/set?id=120472468&.locale=es

Salí del baño y vi a Louis tirado en una de las camas, boca arriba, ya seco y con los ojos cerrados. Corrí hasta el borde de la cama, salté y caí encima de él, haciendo que soltara un gemido de dolor. Comencé a reír y él me miró mal.

—¿Te diviertes? — preguntó. Yo asentí — Me alegro. ¿Puedes bajarte?

—Es que eres cómodo — me encogí de hombros y me acomodé más sobre él.

Entonces, nuestras miradas se conectaron. Ninguno apartaba sus ojos de los del otro. Sin quererlo, una sonrisa se dibujó en mi rostro, haciendo que él también lo hiciera. Sin darme cuenta, fui acercando mi rostro al suyo, quedando separados por unos escasos centímetros. Noté que su mirada bajaba a mis labios, y yo hice lo mismo mirando los suyos.

_____________________________________


¡Hola! ¡Marta al habla! ¿Cómo estáis? ¿Todo bien? Lucía está en Londres y no me llevó con ella D: Es una mala persona. Pero la quiero :)

En fin, ¿qué os pareció el capítulo? Y, ¿qué opináis de ese final? :O ¡SUSPENSE!

Bueeeeeeeeeeno... Creo que no hay nada más que decir. Dejadnos muchos comentarios, que nos alegráis el día :D

Haz click en ASTRONAUTA para ir a nuestro hermoso y sensual Twitter. Haz click en ESTUCHE y da RT. Haz click en NUTELLA y vete a nuestra novela de Niall: "Forever Yours". Y si haces click en ENCHUFE entrarás a nuestro Wattpad.





Si queréis, podéis decir palabras al azar para que aparezcan en el próximo capítulo para lo de Twitter y eso. Me refiero a lo que acabo de poner de "astronauta, estuche, nutella y enchufe". Sé que no es gran cosa... pero si queréis pues.. eso xD Dejadlo en un comentario y lo pondremos en el próximo capítulo :D

¡Por cierto! Votad en las encuestas please (L)


Besoos xx

Dejad muchos comentarios